miércoles, 6 de febrero de 2013

Los Twa: maestros de escalada



Nunca subieron al Monte Everest, tampoco descollaron por sus records en escalada en roca, pero tambièn son heroes modernos y merecen un poco de atención.  En la espesa selva africana de la República de Uganda, unos gigantes de 150 centímetros trepan regularmente árboles de una altura que llega a rozar los 50 metros. Son hombres de la étnia Twa, recolectores de miel en busca de sustento para su familia.

No usan arneses, aunque si logran poner en funcionamiento unas articulaciones del tobillo muy especializadas. Capaces de realizar un movimiento de dorsiflexión extremo, es decir llevar el pie hacia arriba en dirección a la cara anterior de la pierna, en un ángulo mayor a 45 grados durante el arbóreo ascenso. Vale la pena recordar que un humano industrializado durante la marcha presenta una dorsiflexión máxima que no supera los 20 grados.

Según un grupo de científicos de la universidad estadounidense de Dartmouth -liderados por Vivek Venkataraman- una mayor dorsiflexión acarrea un mayor acercamiento del centro de gravedad del escalador al árbol en cuestión. Esto finalmente se traduce en un menor gasto energético y un menor riesgo de caídas durante el ascenso vertical.

Los científicos llegaron a la conclusión por medio de ecografías -en un artículo publicado recientemente en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences- que esa extrema  dorsiflexión es posibilitada gracias a una mayor longitud  que lo habitual de  fibras de los músculos de la pantorrilla. Más precisamente los gemelos.  En la fisiología articular, una mayor longitud muscular se vincula a una menor rigidez,  mayor excursión de la articulación y mayor producción de fuerza durante la dorsiflexión extrema.  El resto para los Twa en gran parte parece ser solo determinación y una buena dosis de coraje.

2 comentarios:

  1. Buen post Fernando, aunque una puntualización:
    Cualquier escalador entrenado -independientemente de su raza o lugar de residencia- en una zona de adherencia (Madrid por ejemplo), presenta capacidad de dorsiflexión mayor de 45º. Incluso yo mismo soy capaz de ello pese a tener el movimiento restringido a causa de una grave fractura. No hay ninguna adaptación genética especial. Los pies de gato no son lo más indicado para escalar árboles, sea cual sea la textura de la madera: un pie descalzo se adapta mejor, como ocurre también en roca si ésta no es demasiado abrasiva. En calizas verticales, con apoyo bueno para brazos - y pies como en este vídeo- no es mala idea para subir por sitios no demasiado complicados.
    Eso sí, hay que tener valor para subir por una superficie inestable como la corteza de árbol sin asegurarse...

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  2. Coincido en que debe haber un efecto entrenamiento y en el post no hice alusión a capacidad innata. Aunque está en discusión si es que existe una cuestión evolutiva detrás, ya que el fenotipo pigmeo se asocia a comportamiento arboreo.
    Los científicos nos dejaron con las ganas y no compararon a los TWA con escaladores profesionales, lo que sin dudas hubiera sido interesante. Los compararon con otras poblaciones no arbóreas africanas, también con mujeres Twa que no escalan arboles, incluso con chimpances y llegaron a la conclusión que los hombres Twa tienen mayor dorsiflexión (similar a la del chimpance) y una mayor longitud de las fibras musculares.
    Peores o mejores, no me podés negar que también son campeones de escalada. No los conocía y luego de tantos videos que vi de Sir Edmund Hillarry o Messner me pareció que lo menos que podia era dedicarles un post. Un abrazo.

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